Wednesday, March 23, 2016

Choque de civilizaciones

En Maelbeek, a pocos metros de las principales instituciones de la UE: la cristalización institucional de un proyecto que va más allá de lo nacional y que pretende promover a nivel continental, al menos en teoría, una serie de valores democráticos, la paz y la cooperación entre ciudadanos europeos.
 
Y en el Aeropuerto Internacional de Bruselas, que conecta a los ciudadanos europeos con el resto del mundo, permitiendo la expansión de nuestros valores a través del individuo más allá de nuestras fronteras.
 
Destruir Europa, por dentro y por fuera. Sumirla en una profunda crisis, mayor a la que ya tiene, para que surjan movimientos antimusulmanes que den lugar, por fin, al "choque de civilizaciones", al más puro estilo Huntington, teórico de Relaciones Internacionales.
 
O al menos, eso es lo que quieren que pensemos. Que relacionemos el islam con el salafismo yihadista. Que veamos al musulmán como el enemigo y que se cree un fuerte "cleavage" Occidente/Oriente. Que echemos la culpa a los refugiados que huyen de esos yihadistas de las barbaries que cometen.
 
Seguro que los terroristas han escrito un telegrama como este:
"Querida Le Pen. Querido Trump. Queridos Orban, Kaczunski; y Petry y Meuthen, fundadores de Alternative für Deutschland. Sois nuestro deleite. Reaccionáis justo como nosotros esperamos que reaccionéis. Nosotros infundimos miedo, y vosotros os encargáis de difundirlo. Nosotros sembramos odio, vosotros lo cosecháis y lo repartís en Occidente. Nos estáis haciendo un favor. Gracias".
 
Está claro que los lugares elegidos para el atentado del 22 de marzo pretenden tener un significado más allá de aterrorizar a la población, como en su momento lo tuvo el atentado de Madrid y el de Nueva York. Pero tendrán el significado que nosotros queramos darle. Y no debemos caer en su juego de ver el mundo como una división entre Occidente y Oriente. Los atentados yihadistas en Bruselas no son diferentes de los de Ankara, Estambul, París, Túnez, Egipto, Nigeria y tantísimos otros atentados que destrozan vidas y familias todos los meses, unos pasando más desapercibidos que otros. Tampoco son diferentes de las masacres que el No-Estado Islámico comete a diario en Siria. 

Todos ellos son actos contra el ser humano, no contra una cultura en particular. Se trata de un conflicto entre los terroristas, unos chalados sin alma, y el resto de la humanidad, no entre musulmanes y cristianos. Hace tiempo que dejamos atrás la mentalidad de Las Cruzadas. No permitamos que vuelva a renacer.